El día 10 de agosto de 1746 mi marido fue proclamado rey y ha pasado a la historia como Fernando VI, el Prudente. La verdad es que «mi gordi» siempre fue muy prudente, sobre todo con su madrastra.
Os recapitulo brevemente por qué mi marido llevaba el número VI, a pesar de ser el tercer Borbón español.
Veréis, Fernando V fue al que vosotros llamáis Fernando, «el Católico». Fernando IV era un Borgoña (que a mí no me suena de nada). Fernando III seguro que os suena, fue hijo de Alfonso X, «el Sabio», durante el reinado del cual se hizo vuestra catedral. O sea que fue el que «apoquinó» para que pudierais tener una catedral lista para mi boda. Fernando II y Fernando I fueron reyes de León, pero de eso hace muchísimo. ¡Y, yo, tampoco sé tanta historia «antigua»!
Bueno, desde el palacio del Buen Retiro donde murió mi suegro, salimos toda la comitiva real el día de la coronación y entramos en Madrid para darnos «un baño de multitudes» por…
Miralá, miralá, miralá, miralá
¡La Puerta de Alcalá!
¡Ah! ¿Qué, os pensabais que la Puerta de Alcalá todavía no estaba hecha? ¿Que la hizo mi cuñado Carlos cuando reinó como Carlos III? Pues, no. La Puerta de Alcalá está «viendo pasar el tiempo» desde el siglo XVI y tiene el honor de ser el primer Arco del Triunfo, construido en Europa, después de la caída del Imperio romano.
Fernando y yo no hicimos la entrada en Madrid como era costumbre, es decir a lomos de un caballo, porque los dos siempre hemos estado de «buen año» y nos gustan demasiado los animales para sobrecargarlos con nuestro peso. Con lo que mi hermano José y mi cuñada Mina (Príncipes de Brasil) nos regalaron una «estufa» tirada por 8 caballos blancos moteados.
Vamos, lo que viene a ser un coche de caballos de toda la vida. Precioso. Con unos grandes cristales transparentes a modo de ventanas, por las que «mi reyecito» y yo veíamos lo bonito, engalanado y lleno de gente que estaba Madrid; algo parecido al «papamóvil», pero de mi época.
El final del trayecto ¿Cómo no? Fue la Iglesia de Santa María la Real de la Almudena, la iglesia más antigua de Madrid, la que se «cargaron» poco antes de empezar «la Gloriosa» en 1868 y por esto vosotros nunca la vais a conocer ¡Qué pena! ¿Qué os pasa? ¿Por qué no cuidáis vuestro patrimonio?.
Bueno, a lo que iba, fuimos a la Almudena y vuelta al Buen Retiro.
Después de las 19 corridas de toros (que mi suegro las había vuelto a legalizar, después de haberlas prohibido en su primer mandato), los 47 bailes, los fuegos artificiales y todos los fastuosos festejos pasados de rosca, Fernando y yo tuvimos que enfrentarnos a la cruda realidad: Felipe V había dejado una deuda de 34 millones de reales solo en gastos de la Casa Real…
No hay comentarios:
Publicar un comentario