Versión corta:
Isabel de Farnesio, aristócrata italiana nacida en Parma, en 1692, fue la segunda
esposa de Felipe V de España y, por tanto, madrastra de Fernando VI. De personalidad
autoritaria, gozó de una gran influencia en la corte más por miedo que por respeto. Ambicionaba
que fuese su hijo Carlos (más tarde Carlos III) quien subiese al trono de España antes que
Fernando y saltarse así la línea sucesoria natural. Muere en 1766, siendo enterrada junto a su
difunto marido Felipe V en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso.
Versión extendida:
Isabel de Farnesio, aristócrata italiana nacida en Parma, en 1692, fue la
segunda esposa de Felipe V de España y, por tanto, madrastra de Fernando VI. Poseía un fuerte
carácter y una personalidad con genio, autoritaria, que le otorgó una gran influencia en la corte
más por miedo que por respeto.
De una ambición desmedida, influía sobre su marido para que fuesen los hijos que Felipe V
había tenido con ella y no con su primera esposa, los que accedieran a los tronos europeos y a
los cargos de poder de la época. Es más, ella mostró desdén hacia Fernando VI y Bárbara de
Braganza desde antes de ser coronados Reyes de España, porque quería que fuese su hijo
Carlos (más tarde Carlos III) quien subiese al trono de España antes que Fernando y saltarse así
la línea sucesoria natural.
“La Parmesana”, como la apodaron en la época, orientó su política en recuperar para la
monarquía española los territorios italianos perdidos por el tratado de Utrecht. Así, consiguió
para su hijo Carlos el reino de Nápoles y Sicilia, y para su otro hijo, Felipe, el ducado de Parma.
Tras morir sin descendencia Fernando VI y Bárbara de Braganza, su hijo favorito, Carlos, sería
coronado rey de España bajo el nombre de Carlos III.
Hay curiosidades acerca de la vida de Isabel de Farnesio que pocos conocen como que, debido
a su ansiedad, engullía compulsivamente, lo cual le generó obesidad mórbida. Tenía sueños
premonitorios y aseguraba ver a fantasmas corriendo por la noche. Carlos III exorcizó el Palacio
de Oriente, que estaba en construcción, y cambió la ubicación de las estaturas (se proyectaron
en el tejado y no en el jardín) por un sueño agorero que tuvo su madre. Isabel muere en 1766,
siendo enterrada junto a los restos de su difunto marido Felipe V en el Palacio Real de la Granja
de San Ildefonso.
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