Buenas días queridos #bbfollowers
He pedido hoy mi comparecencia ante los medios porque he
detectado que cuando ustedes hablan de mi boda con S.A.R. D. Fernando de Borbón
en Badajoz. Se imaginan un fausto bodorrio en la catedral de San Juan Bautista
conmigo entrando blanca, radiante y
sonriente al encuentro de Fernando.
NO, no, no sonaron campanas de boda en ningún sitio y la novia nunca tuvo dudas. Desde chiquinina tenía muy claro que iba a ser reina consorte.
Sí, esta música infantil es mucho más adecuada a lo que les
quiero explicar:
Yo era una niña de 11 años recién
cumplidos (los cumplo en diciembre) cuando mis padres y los padres de Fernando
cerraron un trato que incluía el matrimonio de Fernando conmigo.
Fue el 10
de enero de 1723
Y la verdad, ninguno de nosotros
cuatro tenía edad para casarse en 1723. Yo era la mayor con 11 años, Mi hermano
José y Fernando tenía 9 años y Mina
tenía 6.
Hasta nuestros regios padres se
dieron cuenta que tenían que pasar unos años para formalizar nuestra boda.
Finalmente José y Mina se casaron
por poderes el diciembre de 1727 y Fernando y yo el 11 de enero de 1728. ¡Vamos,
ni un mes de diferencia!
Os voy a contar qué recuerdo de
ese día. Tened en cuenta que yo todavía no conozco a Fernando ni me he movido
de Lisboa.
Como os decía el 10 de enero de se firmaron las capitulaciones matrimoniales y en virtud de las mismas, mi padre, Joao V me concedía quinientos mil escudos de oro en concepto de arras y algo muy importante que recogía en el punto 9º.
«Se estipulou que no caso de
dissoluçao do casamiento, ou de sobreviver a dita Princesa a seu marido, ella
poderia viver em Hespanha, ou voltar para Portugal, ou para qualquer logar que
jhe parecesse, levando as suas joyas, e tudo quanto perteneci á sua casa».
«Se estipulaba que en caso de la disolución
del casamiento, o de sobrevivir la
llamada Princesa a su marido, podría vivir en España, o regresar a Portugal, o
a cualquier lugar que pareciera, tomando sus joyas, y todo lo que pertenecía a
su casa»
A la mañana siguiente de la
firma, los embajadores me reconocieron como Princesa de Asturias (mi cuñado
Luis había muerto y mi suegro, Felipe V, volvía a ser rey de España) ya que mi
Fernando era el heredero legítimo al trono español.
Convertida ya en Princesa de
Asturias nos fuimos a la Patriarcal, la catedral de Lisboa, para la ceremonia
religiosa. Allí me casé con una espada que representaba a Fernando y que sostenía el embajador español
en Portugal. Terminamos con un Te-Deum escrito a finales del siglo XVII por Charpentier.
Les suena la música….¡Es
preciosa! El TeDeum es un Himno litúrgico solemne de acción de gracias.
Todavía no he pisado Badajoz y no
conozco a Fernando y ya soy Princesa de Asturias y ya estoy casada.
De vuelto a casa, al Palacio de Ribeira, me esperaba una sorpresa de mi mentor Scarlatti. Dominico Scarlatti había compuesto para celebrar mi boda un libreto en dos partes que me entusiasmó. Desfilaron ante mi: Duero, Tajo, Fama, Ibero y el Coro de las Nereiadas…¡Espectacular!
El broche de oro a las fiestas portuguesas
por mi enlace con Fernando lo puso el enviado de España por mi ya suegro,
Felipe V.
Una pieza de música que nunca
había oído: una zarzuela. Se llama Amor aumenta valor de José de Nebra…..¡Qué
maravilla!
Después de la semana llena de
celebraciones y felicitaciones, volví a mi vida normal en mi casa, el palacio
lisboeta de Ribiera.
Bueno, la verdad que 1728 fue un año un poco duro para mi Fernando
contrajo la viruela a finales de mayo ( y esta fue una de las razones por lo
que nuestro encuentro en la frontera portuguesa, se pospuso) pero, gracias a
Dios salió bien librado. Solo un par de cicatrices en el cuello que apenas se
le notaban el que no lo consiguió fue mi hermano Alexandre que con solo 5 años
murió de viruela en agosto.
Finalmente, después de navidad de
1728 las comitivas reales de Portugal y España se ponen en marcha rumbo a la
frontera, concretamente hacia Río Caya donde yo entraría a España por Badajoz.
¿Por qué se eligió Badajoz? ...
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