miércoles, 20 de octubre de 2021

Un escritor de la época de Bárbara de Braganza comprometido con la educación de los jóvenes: Tomás de Iriarte y su Teatro Social.

Supongo que sabéis lo que es un "nini", sí, efectivamente, un nini (ni estudio ni trabajo), nombre que refleja un tipo social de jóvenes de hoy en día. Pues bien, en la época de Bárbara de Braganza ya existían los "ninis", pero se les conocía con otro nombre: "los petimetres". Pues bien, hubo un escritor llamado Tomás de Iriarte que intentó educar a los petimetres y ayudarles a reconducir su vida a través de sus obras de teatro. Os lo presento: 

Nació en Tenerife y perteneció a una familia noble. Sus padres lo enviaron a estudiar a Madrid y se especializó en los idiomas español y francés (lo que llamaríamos hoy Filología Hispánica y Filología Francesa), además de conocer a la perfección las lenguas clásicas (latín y griego). Debido a sus conocimientos en idiomas, a su buena presencia (elegante, prototipo de cortesano) y a su excelente conversación, trabajó de traductor y de relaciones públicas en la Secretaría del Estado. Entabló amistad con grandes ilustrados de su tiempo, siendo su mejor amigo el novelista José Cadalso.

A Tomás de Iriarte le interesaba, sobre todo, la educación de los jóvenes, especialmente de la clase burguesa. La burguesía había adquirido tanto dinero y prestigio que se le “subió a la cabeza” el pertenecer a una clase dominante. Surge así un prototipo social, el llamado “petimetre” (del francés “petit maitre” o “pequeño jefe”) para designar a aquel joven burgués o noble que ni estudia ni trabaja y se dedica a gastar la fortuna que sus padres han ganado con estudio y esmero en fiestas, ocios y opulencias. El petimetre se suele rodear de malas amistades que lo conducen por el mal camino, para aprovecharse de su dinero, llevándolo a casinos, timbas y antros poco respetables. Son jóvenes maleducados, sin valores ilustrados y que no admiten la riña o corrección de sus progenitores o tutores.

Iriarte va a utilizar el teatro para educar a estos jóvenes, que estaban aumentando en España. Para ello inventa un género dramático nuevo, la Comedia Española de Buenas Costumbres, que pone sobre el escenario historias de petimetres, reflejando la mala educación de los jóvenes españoles para que estos, viendo sus conductas reflejadas como si fuera un espejo, “escarmentasen en cabeza ajena”. Las comedias de buenas costumbres de Iriarte están compuestas bajo los parámetros Neoclásicos establecidos por Ignacio de Luzán en su Poética. Las dos comedias más famosas de Tomás de Iriarte fueron El señorito mimado y La señorita malcriada, que fueron éxitos de taquilla. 





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