miércoles, 27 de octubre de 2021

Luis I

Vaya por delante que no conocí en persona a mi cuñado Luis. 

El único hermano de padre y madre de mi Fernando.

Yo llegué a Badajoz, para conocer a Fernando, en 1729 y Luís había muerto hacía 5 años, en 1724.

Con lo que lo que os voy a contar es todo de «oídas».

Luis nació el 21 de agosto de 1707 en el Palacio del Buen Retiro de Madrid, en ese momento su padre tiene 24 años y su madre (María Luisa de Saboya), 19... y desde ese mismo día quedó al cuidado de las Damas de la Reina, dado que el Rey estaba en la Guerra y ella, como Reina Regente del Reino, tenía que atender los asuntos de Estado, con la ayuda, eso sí, de la Princesa de los Ursinos, la asesora que había puesto a su lado Luis XIV, el «Rey Sol», que era el verdadero «dueño» de las Españas. 

O sea, que su infancia y su educación no fueron las más idóneas para su formación, a pesar de haber sido nombrado Príncipe de Asturias a los dos años. 

Marie-Anne de la Tremouille, princesa de los Ursinos había sido asignada en su representación por el poderoso Rey de Francia como camarera mayor e instructora de la Reina para controlar mejor la marcha de la corona española. Lo que, según sus biógrafos, le dio tanto poder que los Nobles españoles llegaron a llamarla «La Reina francesa».

Así que Luis no vio a su alrededor más que mujeres y líos palaciegos, porque su padre siempre estuvo de guerra y su madre tuvo que actuar hasta tres veces de Regenta... y además murió cuando el heredero sólo tenía 7 años (1714) y «mi Fernando» 9 meses. Lo que vino a agravar su situación, ya que la nueva mujer de su padre,  Isabel de Farnesio, desde el primer momento los miró  con desdén y poco afecto.

Y así vivió hasta que cumplió los 15 años y su padre (o quizás la malicia de la Farnesio, que ya sólo pensaba en hacer reyes a sus propios hijos) le casó en 1722 con la Princesa Luisa Isabel, la hija del Regente de Francia.

Los biógrafos de mi cuñado Luis, lo cuenta así:
 
«La Princesa Luisa Isabel, en 1721, con apenas doce años, contrajo matrimonio por poderes con el Príncipe de Asturias, el futuro rey Luis I de España que contaba con quince años de edad. A pesar de la fría acogida de la familia real española, especialmente por parte de Isabel de Farnesio, la madrastra de su futuro marido, se casó con Luis el 20 de enero de 1722 en Lerma».


Sin embargo,  la vida de Luis no fue la misma desde que asumió la Corona, ya que por unas u otras razones no hacía ni caso a sus deberes como Rey y lo dejó todo en manos de la «madrastra», Isabel de Farnesio, mientras él se divertía con sus amigos por los tugurios del Madrid nocturno.

Por cierto, ella más que encantada con esa «dejación de funciones» de Luis.

Hasta que mi cuñado contrajo de la viruela, la enfermedad más contagiosa y peligrosa de todo aquel siglo XVIII... tan contagiosa que según los datos que se conservan sólo en  aquel año murieron en España más de 30.000 personas (y 300 millones en todo el siglo y todo el mundo).

Ante aquella situación de peligro los Reyes Padres (Felipe V e Isabel de Farnesio)  trasladaron a todos los demás miembros de la familia Real al Palacio de la Granja, donde ellos vivían desde la abdicación... a todos menos al Rey, que ya sabían que no tenía cura, y a la «loca» Luisa Isabel, que sorprendemente de pronto se volcó sobre su marido sin importarle acabar contagiada, como así  sucedió, aunque menos grave.

Y Luis I murió («¿asesinado por la viruela?») sin descendencia el 31 de agosto de 1724, a los 17 años de edad, y dejando a España otra vez sin Rey y con el grave problema de la Sucesión, que a punto estuvo, otra vez, de llevar a los españoles a otra Guerra Civil. 

Tuvo que regresar al trono su padre Felipe V y así se convirtió «mi Fernando» en Príncipe de Asturias.

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