viernes, 15 de octubre de 2021

¿De dónde salieron los Borbones?

Ya sé que a todos os suena el abuelo (Luís XIV) de mi suegro (Felipe V), y si queréis saber de él solo hace falta que pongáis su nombre en Wikipedia o Google y allí encontraréis páginas y páginas sobre sus hazañas.

Sin embargo yo quiero contaros que fue él, Luís XIV, quien puso a mi suegro de Rey de España y quien mandaba realmente aquí.

¿Pero de dónde venían los Borbones?

Poneos en situación: 

París, 15 de noviembre de 1700. Luis XIV de Francia corona a su nieto, a Felipe V, como rey de las Españas. 

Sí, sí, tal como suena. Con un «puñetazo en la mesa» hacía efectivo el dudoso testamento de Carlos II, el último Austria, y se proclamaban los Borbones reyes de medio mundo.

Un curioso mapa de la época, cartografiado en la corte de Versalles, revela la auténtica ambición de Luis XIV: crear una especie de Commonwealth borbónica.

L'union de la France et de l'Espagne sous un même degré (1700), obra de Nolin /
Fuente: Cartoteca de Catalunya

Los Borbones se expandieron por media Europa. 

          • En París, 
          • en Nápoles,
          • en Parma  
          • en Madrid 
Pero para que entendáis  cómo los Borbones alcanzaron el poder, primero os tengo que contar  la vida y milagros de Enrique, el primer Borbón que pone su «real culete» en el trono de París (1589). 

Por aquel entonces, Francia estaba gobernada por los Valoisusurpar el trono requería una inversión formidable...

En una serie de guerras de saqueo, mal llamadas de religión (1562-1598), todos los lobos de Francia se lanzaron a una sanguinaria carrera para ver quién se quedaba con la corona.

Y los Borbones se entregaron con un entusiasmo delirante: amasaron una gran fortuna (mejor os lo dejo a vuestra imaginación y no os cuento cómo).


Enrique IV, líder del partido protestante y señor del bolsillo más lleno de Francia, fue coronado rey y no consta en ningún sitio que dijera la frase que conocemos todos:

 «Paris bien vaute una messe» 
«París bien vale una misa»


¡Pero os puedo asegurar que la pensaba! 
Ya que si quería ceñirse la corona de Francia obligatoriamente tenía que  ser católico.

Ciento once años después de la famosa e inexistente misa, Luis XIV utilizó a su antepasado para dar carta de legitimidad a un testamento que, muy probablemente, era más falso que Judas. 

Según los historiadores serios, Carlos II -el último Austria- firmó el testamento a favor de Felipe de Borbón, proclamó «me duele todo» y  se murió. 

Una curiosa y sospechosa secuencia de hechos que nadie se tragó, y que provocaría el estallido de la Guerra de Sucesión  (1701-1715). 




Efectivamente, Carlos II era un auténtico despojo humano, se creía que estaba hechizado por el demonio y era imposible creer que el trazo firme de la rúbrica que finalizaba el testamento era obra de aquella piltrafilla humana...







Felipe V
(mi suegro) 
llegó a sus nuevos dominios acompañado por una 
sórdida sombra de falsificación que lo perseguiría siempre. Máxime cuando se negó a dejar de ser francés...

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